lunes, 16 de marzo de 2015

Madrid, insignia y blasón

La Conventual, Capital del Reino de España.


 

Debo confesar que tras 24 días de recorrido el cansancio era evidente. Madrid, tan moderna y a la vez tan clásica. Por la calle de Atocha y el Barrio de las Letras, calle abajo para los amantes del arte con el Museo del Prado a pocos minutos, y calle arriba con la Gran Vía para los que deseen ir de compras. Desde Zaragoza se percibe que el viaje está llegando a su fin, y cierta melancolía que me queda un último día en el viejo continente.

Entrada para tirar mi pequeña mochila y recorrer el Madrid nocturno. Salimos de la Calle de Atocha, en rumbo de la Gran Vía y Puerta del Sol. Entre calles y avenidas llego a un complejo arquitectónico de estilo egipcio antiguo. Se trata del Templo de Debod. Este templo fue un regalo de Egipto a la nación española por el apoyo para el rescate del templo de Abu Simbel. Se refleja sobre un espejo de agua y la iluminación nocturna crea la ilusión de estar en una excavación en Tebas.





Tiempo de una cena de tapas. Queso manchego, embutidos, morcilla, y las mejores olivas. Una copa de vino tinto y unos cuantos vasos de Estrella Damn me hacen amar la Madre Patria.  Cercano al restaurante Cincojotas se encuentra uno de los mayores mercados de Madrid, el mercado de Antón Martín.






El mayor tiempo en Madrid me lo dejé en la visita al campo de Santiago Bernabéu. Sin embargo quiero llevarlos por esta capital fuera del complejo deportivo de la avenida La Castellana. Las rutas radiales de España se miden desde un punto cero ubicado aquí, en la Puerta del Sol. Frente a la Real Casa de Correos encontramos el símbolo de Madrid, el oso con el madroño, y la estatua ecuestre de Carlos III.  Para tomar el metro en esta plaza se encuentra la estación de Cercanías.





Si eres fanático del Real Madrid seguro que es imposible olvidar el momento en que Casillas llevó "La Décima" a la plaza de celebración de los triunfos del club merengue, la Plaza de Cibeles, o como le decimos "la Cibeles". Esta plaza se encuentra dominada por el Ayuntamiento de Madrid, pero es más famosa por su fuente, donde vemos a la diosa Cibeles en su carruaje tirado por dos leones.





España celebra una de las tradiciones que yo, personalmente, he llegado a detestar. Sobre la avenida Toreros y la calle de Alcalá se encuentra  la plaza de toros con mayor aforo y la segunda en diámetro del ruedo. Las Ventas aún se encuentra en uso de corridas de toros, a diferencia de Barcelona y Guatemala que han clausurado las corridas y las utilizan para otros propósitos.







El Palacio Real de Madrid es el complejo monárquico más grande de Europa Occidental. Está ubicado en la Plaza de Oriente. Aunque es la residencia oficial del Rey, los monarcas españoles no habitan aquí sino en el Palacio de la Zarzuela.


Siguiendo la calle de Atocha se encuentra la iglesia de San Sebastián, lugar de descanso de los restos de Lope de Vega.


Museo del Prado



Llegado el medio día, tras visitar el Santiago Bernabéu, vuelvo al hotel sobre Atocha para visitar una de las pinacotecas más grandes de España. El Museo Nacional del Prado alberga una de las más grandes colecciones de arte del mundo. Desde obras de escuela española hasta el exquisito arte flamenco. No es permitido tomar fotografías, sin embargo gracias a la plataforma del museo puedo listar mis obras favoritas. El gran expositor de la escuela flamenca, Pietro Paulus Rubens, nos regala la exaltación de la figura humana con líneas entrecurvas que denotan mayor expresión corporal y movimiento.

El rapto de Proserpina



La cena de Emaús



El juicio de Paris 



En la escuela italiana destaca el gran Andrea Mantegna. En mi crónica del Louvre pueden encontrar otras obras de este magno pintos. El sufrimiento en expresión facial es un rasgo distintivo en una pintura de Mantegna, tal es el caso de Crucifixión, y en el Prado encuentro una obra que me ha llamado la atención desde los días de secundaria en colegio católico.En El Tránstio de la Virgen , Mantegna nos ofrece la escena de los servicios fúnebres del cuerpo mortal de la madre de Cristo. La expresión del cadáver es muy similar a la plasmada en el cuadro del monte Calvario, al igual que la expresión de angustia de los apóstoles.

El Tránsito de la Virgen



El Prado alberga casi 5,000 obras de la escuela española. El mayor expositor en esta escuela es el mítico Greco. Este artista de origen griego en la mayoría de sus obras, y como ya lo comprobe en Toledo, entrega una figura muy dinámica con líneas curvadas. A diferencia de Mantegna, El Greco quien también nos presenta muchos cuadros de Pasión, no plasma el sufrimiento en el rostro de los personajes. El Greco representa las tristeza en sus fondos muertos pero dinámicos y colores fríos, que da esa impresión de soledad y angustia.

Cristo abrazando la cruz



Trinidad con Cristo Muerto



Unas fotos extra









24 días de caminata con el mismo pantalón




Que puedo decir, Madrid es una ciudad con mucho que ofrecer y me encantaría visitarla en mejores circunstancias para poder recorrer su calles que tienen un ritmo sin igual. Una enorme metropoli con una babel del culturas y lenguas por descubrir, y quién sabe a dónde pueden llevarte sus calles si no logras controlar tus pies y dejas rienda suelta a la imaginación. ¡Hasta siempre Madrid! es momento de abordar el vuelo de regreso a mi patria, pero me voy con la certeza que no será la última vez que cruce el umbral de la terminal T4...EN 2015 PROMETO VOLVER A ESCRIBIR DESDE BERLÍN.







Tras 10 horas de vuelo, estoy de regreso en casa. No me compré más que dos remeras (una de Ámsterdam y otras de Capri) y un tarro cervecero en Alemania, pero traje amistades enormes y el conocimiento que allende los mares existe otro mundo con culturas diferentes y el deseo de volver.

sábado, 7 de marzo de 2015

Cháteau de Versailles, el pabellón de caza con las glorias de Francia

Esto, Madame ¡es Versalles!



Nos encontramos cerca de la Avenue del' Opera y mis compañeros de viaje enloquecen en una tax free de perfumería y cachivaches "Made in China". Desde mi lejana posición logro fotografiar la Cúpula de Chagall del "Palacio de la Ópera francesa". Luego de un modesto almuerzo parisino me dirijo por la D10 hacia la que un día fue la residencia del Delfín de Francia, el Palacio de Versalles, uno de los complejos arquitectónicos monárquicos más importantes de Europa. 



















El viaje en busscar es relativamente corto. Embebido en el esplendor de las carreteras francesas entro al municipio de Versalles con sus encantadoras calles. La presencia de turistas me indica que hemos llegado al palacio. Una impresionante reja se levanta ante mí y a lo lejos, sobre el muro de una de las alas del palacio, la inscripción "A TOUT LES GLOIRES DE LA FRANCE" recalca el poderío de Francia en los siglos XVII y XVIII. 
























Detalle del techo de la Capilla de San Luis. 








El estilo de Versalles es eminentemente Barroco con multitud de estatuas adornando los techos, y los muros rematados con petos y yelmos romanos con banderas le atribuyen un aire militar al complejo de Louis le Vau. 

















En la parte posterior del palacio existen dos grandes espejos de agua para reflejar la belleza del complejo, decorados con estatuas de bronce que representar personajes griegos y algunos ángeles infantiles. El Gran Canal de Versalles nos acompaña por el recorrido de los jardines. Y la vista de los invernaderos es impresionante. 









































El ingreso al Palacio es obligatorio para los amantes del arte, y desde las escalinatas se pueden apreciar esculturas de mármol. Los frescos en los techos están llenos de trampantojos, que dan la sensación de figuras en relieve cuando realmente están pintados. 







La Capilla de San Luis vista desde la tribuna el centro está dominado por el Padre Eterno en su gloria llevando al mundo la promesa de redención de Coypel además del órgano de cañones principal de la capilla. La nave central está sostenida por columnas con capiteles de orden corintio. Entre las arcadas se ven personajes del antiguo testamento y un fresco de ángeles que sostienen los símbolos de la pasión de Cristo adornan la nave central. 







Los bustos y pinturas de los reyes Louis XIV y Louis XVI se encuentran por muchos rincones del palacio. La Cámara Pública del Rey está tapizada por un tono rojo con diseños estilizados, retratos de Louis XIV con una exagerada musculatura, y la cáma con dosel donde acudían los cortesanos para ver despertar a su señor cada mañana. 









¿Cómo podía este soberano mantener ese cuerpo digno de Apolo con los banquetes que celebraban en la época? Sencillo, llamaban al soldado mejor dotado para que posara para el cuerpo y Su Majestad únicamente posaba para el rostro. 



































El Salón de Espejos con múltiples candelabros que penden del techo da la sensación de ser asistente a una Gala Real en Versalles, bailando un vals sobre el piso de parquet al ritmo de un cuarteto de cuedas. 








No  te has tomado una foto frente al espejo, pero en Versalles es necesario. 




Seguido entramos en la Cámara de Luis XIV y su comedor. La Cámara de María Antonieta está decorada con un exquisito tapiz floral con el monograma de sus iniciales. 













Cámara de María Antonieta.














El recorrido termina con una de las más famosas pinturas de Jacques-Louis David, Le Sacré du Napoleon de la cual se encuentra uno también en el Louvre. Se dice que es una copia, sin embargo existen detalles en la pintura que indican que no lo es. Si observamos con atención, las damas detrás de Josephine de Beauharnais están ataviadas con vestidos celestes pálidos y una resalta con su vestimenta en tono rosa. La obra que se exhibe en el Louvre tiene a las cuatro damas con los vestidos idénticos. 












El tono celeste del firmamaente poco a poco es consumido por el ocaso. Los detalles dorados de los ventanales contrastan con el peculiar bleu de France del tejado. El ambiente me invita a recorrer Versalles, pero es momento de volver a Vanves. Muchos se preparan para visitar el famoso Moulin Rouge sin embargo decidí planear mi propio recorrido nocturno por París. La Ciudad Luz no puede limitarse a la visita de Montmartre y la Torre Eiffel.