La ciudad de los diamantes
A orillas del río Schelde se asienta la histórica ciudad de Amberes, que toma su nombre de la voz flamenca "antwerpen" que significa "lanzar la mano". Cuenta la leyenda que en el río Schelde vivía el gigante Antigoon que cobraba un peaje a los barcos que deseaban transitar. Si el capitán del barco se negaba a pagar, el gigante le cortaba la mano y la arrojaba al río. Cansado de estos abusos, el centurión romano Silvio Brabo tomó venganza cortandole el brazo al gigante y arrojandolo a las aguas del Schelde. En la Grote Markt se encuentra la estatua del centurión Silvio, el héroe en la leyenda de la ciudad.
En la Grote Markt, al igual que en las otras ciudades belgas que he visitado, encontramos las casas de los gremios de la ciudad.
La Catedral de Nuestra Señora de Amberes domina el casco antiguo de la ciudad con su alta y esbelta torre. Debido a mi situación económica no me fue posible entrar a apreciar esta joya del arte gótico donde se pueden apreciar obras de Rubens pues el ingreso si no eres un fiel local es cobrado.
Desde la Groen Platz se puede tener una buena vista de la Catedral.
Justo en su centro, se encuentra la estatua del famoso pintor flamenco Peter Paul Rubens.
Si se busca una bebida caliente se puede acudir al Starbucks y ordenar un excelente café de Antigua Guatemala. Y si se quiere una opción más autóctona de Bélgica a pocos pasos se encuentra una cafetería Leonidas donde se puede matar el frío matutino con un buen chocolate caliente.
Y claro, no podías faltar tu, Delirium tremens
Una lejana vista del Castillo Steen antes de abordar el CarTour hacia Ámsterdam.
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