sábado, 28 de febrero de 2015

Zaragoza, en el Reino de Aragón

Por el Camino de Santiago en el Ebro




¡Fins aviat! Barcelona. Dejo atrás la exquisita capital catalana con la promesa de volver para redescubrir sus tesoros. Atravesamos Cataluña en dirección a la provincia de Aragón. Entramos en la zona del Desierto de los Monegros en Aragón. A diferencia de mis incursiones por el norte, en España el otoño no ha afectado aún a los viñedos, y cerca de la estación de servicio veo uno que resiste al desértico paraje. Al cabo de una hora llegamos a la mitad de nuestro viaje del día. Entramos en la magnífica ciudad de Zaragoza asentada a orillas del río Ebro.

Viñedos en el desierto de los Monegros. 



Me dirijo al principal templo de la ciudad, y el primero de la orden Mariana en España. Según la tradición, en este lugar la virgen María colocó un pilar (una columna de jaspe) en su aparición a Santiago Apostol, y por ello se le confirió la advocación de Santa María del Pilar. Se trata de un templo de estilo barroco con mezclas de rococó y neoclásico. La influencia de los árabes se evidencia en la construcción de esta catedral con torres semejantes a los minaretes de las mezquitas. Las cúpulas están rematadas con tejas vidriadas de color azul, verde, amarillo, y blanco. Planta rectangular con tres naves y siete entrecruces y la cúpula del altar mayor sobre el centro.




























El altar de la Capilla de la Virgen está elaborado en mármol y al centro rematado con una escultura de María rodeada con un resplandor en lámina de oro y querubines. La Custodia se encuentra a la izquierda del altar mayor. Las cúpulas de la Nave de Epístola están decoradas por fresco del maestro Francisco de Goya. Una de las piezas más sobresalientes de la catedral es el retablo que decora el altar. El órgano de cañones preside el coreto de la Virgen, enfrentado a la Santa Capilla.













Termino mi visita al templo y aprovecho el poco tiempo del que dispongo para mezclarme entre los habitantes de Zaragoza. Afortunadamente llevaba una barra de proteína para intentar calmar el hambre y destinar mis poco euros restantes a algun monumento o utilizarlos en el transporte. Mis pasos me llevan hacia la ribera del Ebro y sobre el río de laminar fluido se levanta el famoso Puente de Santiago que conecta el Casco Antiguo de Zaragoza por el oeste. Están presentes el Puente de Hierro y el Puente de Piedra.


Banderas de España y Aragón












Exquisito aguardiente saborizado español, entre mis muestras el mejor fue la crema de whisky, fresa, y limoncello.