El futuro de los Estados Pontificios
Uno de los seis microestados Europeos. El Estado de la Ciudad del Vaticano ocupa 44 hectáreas de terreno enclavado en la ciudad de Roma. Llegamos entrada la noche y luego de un recorrido por la ciudad iluminada cruzamos la frontera entre Italia y El Vaticano. Una noche templada. El silencio es sepulcral, pese a la cercanía con la urbe romana. Desde la Vía Recta se alza la cúpula más grande del mundo. De color celeste, iluminada difusamente por la noche. A modo de antesala al magno templo se extiende una plaza abierta de forma oval, flanqueada por columnas del órden dórico de sobrios capiteles rectilíneos, la Piazza de San Pietro. Al centro de la plaza como en todas las iglesias de Roma se levanta un obelisco egipcio rematado con una cruz de bronce, representando la "victoria" del cristianismo sobre los paganos. En el frontispicio del templo se lee la inscripción "IN HONOREM PRINCIPIS APOST PAVLVS BVERGHESIVS ROMANVS PONT MAX AN MDCXII"
Es miércoles, día de Audiencia Papal. Los fieles católicos comienzan a congregarse en la Plaza de San Pedro. Acompañado de un fuerte contingente de seguridad, el Papa Francisco I aparece abordo del "Papamovil" mientras la alegría de los feligreses crece cuando este se acerca. Las banderas de diferentes nacionalidades ondean al viento en señal de júbilo, mientras los oficiales de la Gendaramería Vaticana avanzan junto al Pontífice con la mirada atenta hacia la multitud. La celebración culmina con la oración del Pater Noster y la bendición del Papa a la multitud. Me dirijo hacia una de las colecciones de arte más grande de la historia. Producto del insaciable apetito de los dirigentes papales por el arte y el lujo. Los museos Vaticanos.
Es miércoles, día de Audiencia Papal. Los fieles católicos comienzan a congregarse en la Plaza de San Pedro. Acompañado de un fuerte contingente de seguridad, el Papa Francisco I aparece abordo del "Papamovil" mientras la alegría de los feligreses crece cuando este se acerca. Las banderas de diferentes nacionalidades ondean al viento en señal de júbilo, mientras los oficiales de la Gendaramería Vaticana avanzan junto al Pontífice con la mirada atenta hacia la multitud. La celebración culmina con la oración del Pater Noster y la bendición del Papa a la multitud. Me dirijo hacia una de las colecciones de arte más grande de la historia. Producto del insaciable apetito de los dirigentes papales por el arte y el lujo. Los museos Vaticanos.
Con el gusto de un Pontífice
La fila es larga al pie de las muralles del Vaticano, pero la espera seguramente vale la pena. Ingreso al Patio de la Piña. Una gran piña de cuatro metros de alto flanqueada por dos pavos reales traídos desde la Villa de Adriano. Debido al misticismo religioso que está implícito en la Capilla Sixtina, en este patio se encuentran guías pictóricas para analizar las pinturas de la Capilla. Los grandes frescos de Il Giudizio Universale están cargados de símbolos plasmados por el mismo Miguel Ángel y para poder apreciar bien la pintura debe explicarse previamente.
Inicio el recorrido por el Museo Pio-Clementino, creado por orden de los Papas Clemente XIV y Pío VII. En este sector se albergan famosas esculturas de mármol blanco, pertenecientes al Antiquarium, como el Torso de Belvedere y Laocoonte y sus hijos. El Torso es un fragmento de la estatua de un desnudo masculino de poderosa musculatura, obra de Apolonio de Atena, y descubierta durante el papado de Julio II. El Laocoonte es un grupo de tres esculturas, obra de Atenodoro de Rodas de la antigua escuela rodia. Representa al sacerdote Laocoonte con sus dos hijos varones, siendo devorados por serpientes. Los pisos no pasan desapercibidos. Mosaicos romanos antiquisimos y bellamente decorados, algunos polícromos. El sarcófago de Elena, de pulido pórfido rojo, es la sepultura de Santa Elena de Constantinopla. En el centro de la Sala Rotonda se encuentra una enorme pila redonda, monolítica, y roja por debajo del óculo que perteneció al emperador Nerón.
Sala degli animalli
Baco
Sala delle Statue
Seguimos hacia la Sala de Cartografía. En esta estancia se muestran diferentes mapas de colosal tamaño de regiones italianas y los Estados Papales que poseía la Iglesia Católica. Se muestran las divisiones de los Apeninos, los mares Tirreno, Ligur, y Adriático.
La Galería de Tapices alberga enormes tapices flamencos con escenas de los Hechos de los Apóstoles y de la vida de Jesucristo. Obras de Pieter van Aelst por orden de Clemente VII.
Capella Sistina
De los lugares más sagrados del cristianismo. Las fotos están prohibidas, pero no me iré sin un recuerdo fotográfico de esta hermosa capilla. Si bien no puedo fotografiar todo quiero hacer un énfasis en la obra más destacada de este complejo, Il Giudizio Universale. Veinticinco años después de haber pintado los frescos de la cúpula de San Pedro. El Papa Pablo III le pide a un agotado Miguel Ángel que pinte sobre los frescos de Perugino las escenas del Juicio Final de San Juan. Un fondo azul, caro para esa época pues la pintura azul se elaboraba a partir de lapislázuli, una piedra preciosa persa.
En la parte superior del fresco, bajo los arcos de las dos tablas se encuentran los ángeles que portan los símbolos de la Pasión: cruz, corona de espinas, columna de la flagelación, y la lanza con la esponja empapada en vinagre. En lado derecho, bajo la columna, las Almas Justas se comportan con de manera expresiva por su premio celestial, muchos hombres fornidos y desnudos saludándose de un modo muy afectivo. Entre esta camaradería y presencia masculina destacan muy pocas mujeres. Al centro la figura de Cristo, Juez implacable con mirada severa y un cuerpo escultural, musculatura exagerada. Destaca que esta representación es un Cristo rubio e imberbe. Este claramente está basado en las esculturas de Belvedre, su cabeza es la de Apolo y el cuerpo el Torso de Belvedere. A su izquierda San Pablo, y San Pedro devuelve las Llaves del Papado. A la diestra de Jesucristo la Virgen María intercede por las almas. Cabe destacar que su rostro es una rica inclusión de puntillismo. Siguiendo la mirada descendente de Cristo, se encuentra San Bartolomé, con su piel en una mano, pues fue despellejado vivo en Armenia. La cara representada en la piel de San Bartolomé es un autorretrato de Buonarotti, con una mirada de horror. Debajo de María y las Santas Mujeres, Miguel Ángel nos muestra la resurreción de las Almas Benditas. Algunos demonios intentan arrastrarlas al castigo, pero los fornidos ángeles con enormes brazos de culturistas los vencen. Por debajo de Cristo están los Mártires tocando las trompetas de la justicia. Por debajo de ellos se encuentra la escena de castigo. Caronte transporta en su barca a los pecadores hacia el Infierno y los golpea salvajemente con su remo. Por encima algunas de las almas con los peores pecados son lanzadas al fuego por los ángeles musculosos. Los avaros hacia abajo con sus bolsas de dinero y el hombre lujurioso es arrastrado de sus testículos. En el final de la pintura Miguel Ángel representó a unos de los hombres que más detestaba, el sacerdote Biaggio da Cesena. Representado como el Rey Minos con orejas de burro y con una serpiente que muerde sus genitales. Cuando se percató de esta acción, el sacerdote le pidió el Papa que le ordenara a Buonarotti que lo quitara de la pintura, a lo que este le respondió: "Si deseas salir del Infierno, habla con Miguel Ángel".
Profeta Zacarías, sobre la entrada Papal. No todos los días entras a la Capilla Sixtina, vale llevarse una foto de recuerdo.
Un momento de meditación y admiración de las grandes obras que contemplaba en mis libros de educación católica del bachillerato. No puedo creer que las obras que me distraían en clase ahora estaban ante mis ojos. El Bautismo de Cristo, la embriaguez de Noé, las Síbilas. Termino mi recorrido por los Musei Vaticani. Me voy sin poder contemplar la Escuela de Atenas en las Estancias de Rafael.
La Mayor de todas las Iglesias
Presidiendo la Plaza de San Pedro se encuentra la iglesia más importante para el mundo católico. Una de las cuatro Basílicas Papales, junto con la Archibasílica de San Juan de Letrán, Basílica de Santa María la Mayor (o Santa María de las Nieves), y San Pablo extramuros. Comenzada su construcción en 1506, estuvo bajo el cargo de grandes artistas como Rafael Sanzio y Miguel Ángel. De estilo eminentemente renacentista. El frente de y la plaza son obra de Bernini, quién se encargó también de las esculturas superiores.
Cinco puertas abren la Basílica de San Pedro al exterior. La Muerte, El Bien y el Mal, el Filarete, y la Puerta Santa. La última está cerrada con cemento y solo el Papa puede abrirla y cerrarla durante los Años Santos del Jubileo.
Ante mis ojos se despliega en todo su esplendor la Nave Central. 187 metros de largo y a 45 de alto con un techo de bóveda de cañón. Se conserva en el piso de mármol el disco de pórfido rojo egipcio sobre el cual el mismo Carlomagno se arrodilló el día de su coronación. Sobre la Nave de la Epístola se encuentra protegida una de las obras más famosas de Miguel Ángel: La Pietá. La triste expresión de María que clama piedad sosteniendo el cadáver de Cristo.
Panorámica de la Nave de la Epístola
Tumba de San Juan Pablo II
Panorámica de la Nave Central
La Nave Central muere con una cúpula sobre crucero. La cúpula más grande del mundo, pintada en fresco por el mismo Miguel Ángel. Sobre el Altar Papal se alza majestuoso el Baldaquino de Bernini. Unicamente el Papa es quien puede oficiar la misa desde este altar.
Termino mi visita. Muchos dicen que debieran vender estas riquezas para solucionar muchos conflictos. Pero mi pregunta, ¿no es este un legado para la humanidad?, ¿no nos pertenece a todos?. No se puede poner precio. Esta construcción le pertenece al mundo entero, declarado Patriomonio de la Humanidad. Si bien es fruto de la ambición de los Papas en las épocas oscuras de la Iglesia Católica, es un legado artístico y cultural para futuras generaciones.
Cornu Espistolae
Cornu Evangelii
Presbiterio de la Basílica
Monumento a Pío VII
Tumba de León XI
Tumba de Pío X, sobre la Nave del Evangelio
Tumba de Benedicto XV
La luz del sol ilumina la Plaza de San Pedro. La Guardia Suiza está siempre vigilando las estancias papales. Mi siguiente destino es el Coliseo Romano, pero quiero describir Roma en una sola entrada, así que imitaremos al Emperador Tiberio y nos retiramos a descansar hacia el Tirreno, aguas turquesa y escarpados, exquisitos limones amarillos, lugar de descanso digno de emperadores, la Isla de Capri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario