Puerto de la Toscana
Salimos de Roma por la Vía Aurelia. La autostrade avanza paralelo a la costa del Mediterráneo y los singulares cipreses delimitan las villas campestres llenas de olivares y viñedos, la postal típica de la Toscana. Hacemos una breve pausa del camino en una estación de servicio. Entrado el medio día llegamos a la ciudad de Pisa. Ubicada entre Livorno y Toscana. Famosa por su universidad y el célebre campanario.
El hambre ataca y es momento de almorzar. Un plato de pasta fusilli al pesto. El tiempo es corto para vagar por Pisa, pero más corto es mi estado económico. Con la billetera ya vacía y enterado del costo por visitar la Catedral y el Baptisterio, activo mi modo aventurero y me dedico a caminar por las calles en lo que la mayoría de mis connacionales se dedica a comprar souvenirs de Pinocchio.
Caminando sobre la Via Condessa Matilde llego al punto más famoso de Pisa. La Piazza dei Duomo también conocida como la Piazza dei Miracoli (Plaza de los Milagros) es una amplia área amurallada que alberga un complejo arquitectónico religioso similar al de Florencia y otras ciudades italianas.
Presidiendo el complejo se encuentra el templo católico más importante de Pisa. Una variante importante en la construcción italiana, cinco naves con transepto de tres naves, a diferencia del Duomo de Florencia con tres naves con cúpula sobre crucero. De estilo eminentemente románico y de mármol gris y discos polícromos con roca blanca. Sobre las puertas hay cuatro filas de galerías sostenidas por columnas de orden corintio. Sobre cada esquina se encuentran estatuas de los Cuatro Evangelistas y presidiendo el frontispicio la estatua de oro de la Virgen con el Niño. Las columnas de las puertas están decoradas con bajorrelieves. Las puertas principales de bronce fueron talladas por el maestro Giambologna son las que están frente al campanile.
El Baptisterio de San Juan Bautista se ubica en el extremo oeste de la Catedral. Románico puro, obra del arquitecto Deustesalvet. La loggia y la planta superior son de estilo gótico, obra de Giovani Pisano. Su circunferencia mide más de 105 metros. El dintel frontal está divido entre las escenas de la vida de Juan el Bautista y el plano superior por la Virgen con el Niño.
La famosa Torre Inclinada de Pisa. Se trata del campanario principal de la catedral, inclinado desde su construcción en el siglo XII. Se sostienen en bases de arcos ciegos cada nivel.
Debido a que la entrada al interior de estos edificios cuesta 10 euros y no tengo más que 30 centavos me retiro a ver que otras interesantes estructuras puedo encontrar en Pisa.
No me toma más de 10 minutos encontrar un parque abierto al pie de la muralla donde se levanta un antiguo complejo de ladrillo casi en ruinas. Para mi sorpresa son las ruinas de las Termas de Nerón, alimentadas por el acueducto de Caldaccoli. La llovizna me obliga a buscar refugio.
Encuentro una iglesia de estilo románico y gótico con una estructura bastante sencilla. El interior es oscuro, levemente iluminado por los vitrales.En su interior hay múltiples tumbas y esfínges.
Con el paso de la lluvia sigo mi camino. Llego un amplio parque. Dominando el centro se encuentra la estatua de Pietro Leopoldo, duque de Toscana, rodeada de flores en tonos rojos y rosa. Los bordillos y bancas son de auténtico mármol blanco de las canteras de Carrara. En el pedestal de la estatua del Duque se lee la inscripción "AL GRANDUCA PIETRO LEOPOLDO I QUARANTA ANNI DOPO LA SUA MORTE" celebrando el aniversario 40 de su muerte en el momentos de su inauguración.
Paso cerca de edificios universitarios. Algunos estudiantes dialogan y fuman cerca de las puertas. Mi camino me lleva al verdadero corazón de Pisa. Edificios importantes como el Palacio de la Caravana y la Iglesia de San Esteban se levantan sobre un antiguo foro romano en la Piazza dei Cavalieri, la Plaza de los Caballeros. Al centro de la plaza se encuentra la estatua de Cosimo I de Medici, Duque de Toscana y Gran Maestre de la Congregación de los Caballeros, levantada por orden del Duque Fernando I.
De vuelta a la Piazza dei Miracoli para reunirme con los compañeros para seguir rumbo norte. Pasamos cerca de las famosas canteras de Carrara donde aún hoy en día se extrae uno de los mejores mármoles blancos del mundo. Lo blanco de los montes no es nieve, es mármol.
Tras una semana en la península Itálica me siento complacido de este hermoso país. La mia Italia, una tierra sin igual. Bañada por las aguas del Mediterraneo y con una riqueza histórica sin igual. Haber caminado por las misma calles en las que Miguel Ángel apoyó su caballete, donde se asentó la capital del Imperio Romano, los mismos canales y plaza donde Enrico Dandolo juntó a sus seguidores para conquistar Constantinopla, La Meca del Arte en los Museos Vaticanos, el eje central del catolicismo, y ahora me despido. Tomamos la Autostrade dei fiore en dirección a Génova siguiendo la costa mediterránea donde los Montes Alpes mueren en el mar.
No me toma más de 10 minutos encontrar un parque abierto al pie de la muralla donde se levanta un antiguo complejo de ladrillo casi en ruinas. Para mi sorpresa son las ruinas de las Termas de Nerón, alimentadas por el acueducto de Caldaccoli. La llovizna me obliga a buscar refugio.
Encuentro una iglesia de estilo románico y gótico con una estructura bastante sencilla. El interior es oscuro, levemente iluminado por los vitrales.En su interior hay múltiples tumbas y esfínges.
Con el paso de la lluvia sigo mi camino. Llego un amplio parque. Dominando el centro se encuentra la estatua de Pietro Leopoldo, duque de Toscana, rodeada de flores en tonos rojos y rosa. Los bordillos y bancas son de auténtico mármol blanco de las canteras de Carrara. En el pedestal de la estatua del Duque se lee la inscripción "AL GRANDUCA PIETRO LEOPOLDO I QUARANTA ANNI DOPO LA SUA MORTE" celebrando el aniversario 40 de su muerte en el momentos de su inauguración.
Paso cerca de edificios universitarios. Algunos estudiantes dialogan y fuman cerca de las puertas. Mi camino me lleva al verdadero corazón de Pisa. Edificios importantes como el Palacio de la Caravana y la Iglesia de San Esteban se levantan sobre un antiguo foro romano en la Piazza dei Cavalieri, la Plaza de los Caballeros. Al centro de la plaza se encuentra la estatua de Cosimo I de Medici, Duque de Toscana y Gran Maestre de la Congregación de los Caballeros, levantada por orden del Duque Fernando I.
De vuelta a la Piazza dei Miracoli para reunirme con los compañeros para seguir rumbo norte. Pasamos cerca de las famosas canteras de Carrara donde aún hoy en día se extrae uno de los mejores mármoles blancos del mundo. Lo blanco de los montes no es nieve, es mármol.
Tras una semana en la península Itálica me siento complacido de este hermoso país. La mia Italia, una tierra sin igual. Bañada por las aguas del Mediterraneo y con una riqueza histórica sin igual. Haber caminado por las misma calles en las que Miguel Ángel apoyó su caballete, donde se asentó la capital del Imperio Romano, los mismos canales y plaza donde Enrico Dandolo juntó a sus seguidores para conquistar Constantinopla, La Meca del Arte en los Museos Vaticanos, el eje central del catolicismo, y ahora me despido. Tomamos la Autostrade dei fiore en dirección a Génova siguiendo la costa mediterránea donde los Montes Alpes mueren en el mar.
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