El Grand Prix por la Rue Grimaldi
Avanzamos al norte por la península Apenina. A mi izquierda el Mediterráneo se expande hacia el horizonte. Sobre la Autostrade dei Fiore nos dirigimos hacia un pequeño microestado de Europa y uno de los países más ricos del mundo. 164 túneles nos separan de Mónaco. Pequeños poblados marítimos italianos aparecen esporádicamente hasta que veo la ciudad del navegante, Génova. Una breve parada para cenar en una estación de servicio. Pasamos la frontera francoitaliana y por tercera ocasión en el viaje BIENVENUE A LA FRANCE.
Entrada la noche aparecen luces en el horizonte. Sobre el Mediterráneo. Llego al Principado de Mónaco, dominado por la familia Grimaldi desde el siglo XII. Rápidamente comienzo a notar los lujos de sus visitantes y habitantes, los monegascos, que solo pueden obtener la nacionalidad por nacimiento. Ferrari F458 aparcado en la calle, Bentley Continental en la esquina, Lamborghini Gallardo doblando en la siguiente rue. Llegamos a un estacionamiento cerca del Palacio del Príncipe de Mónaco en Monaco Ville.
Mi primer punto de interés es, como buen adicto al océano y el buceo, el Museo Oceanográfico de Mónaco. Por la hora no puedo acceder al interior que contiene multitud de especies de coral y fauna marina. El gran submarinista Jacques Cousteau fue director de este museo. Afuera se encuentra el submarino amarillo que usó Cousteau en sus investigaciones.
Mi camino me lleva a los Jardines Reales y a la Catedral de San Nicolás. Su fachada es de estilo neorrománico con un rosetón central al frontispicio y rematado con el relieve de un Cristo Pantócrator.
Nos acercamos al palacio del Príncipe Grimaldi. En el exterior se encuentran los cañones defensivos cerca de la muralla. Y desde acá se obtiene una buena vista el famoso Estadio Luis II, la casa del AS Monaco FC en Fontieville. En nuestro camino fuimos detenidos por la Companie des Carabiniers du Prince, la Compañía de Carabineros, pues Alberto II de Mónaco entró a su residencia.
Estadio Luis II del AS Mónaco FC
La Casa gana. Mónaco es famoso no solo por el circuito de Formula 1, también por el juego. Me acerco al exclusivo distrito de Montecarlo. Lujo en cualquier esquina. Llego al Casino de Montecarlo, un importante complejo que además incluye un teatro y una casa de ópera.
Casi es media noche y es momento de partir. Un momento breve en el cielo diario de los acaudalados y famosos, pero ese no es mi estilo. Me retiro a Niza para descansar. Aprovecharé que las crónicas me han traído de vuelta a Francia para relatar las aventuras parisinas que me quedaron pendientes.
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