martes, 3 de febrero de 2015

El Valle del Rhein, Boppard y Rüdesheim am Rhein

Das Rheingold, el río de Richard Wagner




Descendiendo por una sinuosa carretera rodeada de bosques se llega a la ciudad de Boppard, a orillas del poderoso río Rhein. Una región famosa por su producción vinícola. El otoño ha llegado y las hojas con tonos ocre yacen en la calles adoquinadas. 




Frente a mí se despliega a todo su esplendor el verde pulmón y carretera fluvial de la Unión Europea. Esta magna arteria fluvial nace en los Alpes Suizos y es navegable aproximadamente 900 Kilómetros desde Basilea hasta el Mar del Norte. En Alemania atraviesa los estados de Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado (región en la que nos encontramos), Baden-Wurtenberg, y Hesse. 







Las calles de Boppard son un tanto estrechas, y tengo tiempo limitado para recorrerlas y entablar conversación con sus habitantes pues debo abordar en 20 minutos el crucero Swiss Crown que me llevará a St. Goar. 





Castillo del Príncipe Elector en Boppard










Dentro del buque hay un espacio con mesas donde puedes degustar un almuerzo y un pequeño bar. Sin embargo en la cubierta del barco es donde se obtienen las mejores vistas. Avanzamos a no más de 10 nudos, sin embargo la sensación térmica es inferior a los cero grados Celsius.  El viento me congela el rostro pero para eso sirve la barba y mi cabeza recién afeitada en la mañana se crispa con el frío. Las vistas de los pueblos y sus catedrales protestantes son maravillosas, y las casas con fachada de madera expuesta le dan ese toque tan folclórico, propio de la región Alpina. Degusté un buen Riesling, como solían hacerlo los Katzenelnbongen. 









Una copa de vino de uvas Riesling, de la región del Rhein. 













La exposición al frío tiene su recompensa. Sobre los escarpados riscos comienzan a aparecer magníficas fortalezas con torres almenadas con matacanes. Nos encontramos en la famosa Ruta de los Castillos del Rhein. 

Burg Maus, el Castillo Ratón

Construido por orden del Arzobispo de Trier, fue residencia de los Príncipes Electores del Sacro Imperio Romano. Desde el Rhein se aprecia como una enorme fortaleza semicuadrangular amuralladas con matacanes. Los condes de Katzenelbongen se referían a este castillo como "el ratón que sería devorado por el gato" haciendo alusión a su opulento castillo Katzenelbongen (el gato). 






Castillo Rheinfels

Una fortaleza principalmente en ruinas. Hogar del conde Diether Katzenelbongen, un día fue la fortaleza más poderosa de la región de Renania-Palatinado. Sus murallas carecen de matacanes. 




Burg Katz, el poderoso gato

La última fortaleza que veré antes de tocar tierra es el imponente Castillo de Katz. Su principal atributo son dos torres cónicas de pizarra, similares a las del famoso Neuschwantein. 











Llegamos al muelle en St. Goar. Es hora de desembarcar y continuar mi camino hacia la moderna ciudad de Frankfurt am Main. 



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